El surf es una de las actividades relacionadas al mar, más conocidas del mundo, sin duda alguna. Tiene un gran atractivo relacionado al deporte en general (incluso hay fans que apuestan en sitios como codigo-bet.mx) y la cultura que este engloba, relacionada con los pueblos costeros, la adrenalina, el cariño hacia el océano, el progreso del atleta dentro de la disciplina y las lecciones de vida que de allí termina aprendiendo…
En pocas palabras, el surf consiste en montar una ola encima de una tabla. La idea es esperar el punto más alto de la ola en cuestión, colocarse de pie sobre nuestro instrumento y dejarse deslizar a través del “tubo” de una forma grácil. Cuando se tiene un nivel más avanzado, incluso se llegan a hacer trucos y maromas que sencillamente resultan espectaculares para cualquier espectador.
Evidentemente, estas tablas no son artefactos simples o banales. Se trata de piezas diseñadas y cuidadas para ofrecer el mejor rendimiento posible, que además han sufrido mejoras a lo largo de los años. Sus características como longitud, peso y material suelen variar, dependiendo del nivel y las aspiraciones del surfista.
¿Cómo surgió todo?
A lo largo de la historia, diversas civilizaciones habían intentado domar las olas gracias a prácticas considerablemente similares al sur, que les permitían ejecutar movimientos parecidos mientras estaban total o parcialmente subidos a un objeto. Sin embargo, el origen real de este deporte se dio en las islas de Hawái, donde todas las castas de la sociedad disfrutaban de la disciplina con fines recreativos.
Posteriormente, los americanos se fijaron en aquello y quedaron absolutamente prendados con la actividad en general. Fue así como comenzó la difusión mundial de lo que se convertiría en uno de los deportes más simbólicos relacionados al agua.
Actualmente, existen diversas categorías e intereses dentro de este mundillo, además de competencias y federaciones que organizan eventos de talla mundial.
Las tablas
Son el elemento más característico de los surfistas y su cuidado también es mundo aparte. Por ejemplo, se recomienda encarecidamente no dejarlas expuestas al sol mientras no son utilizadas, puesto que sus rayos terminan por deteriorarse con el tiempo e incluso hacen que pierdan sus colores originales.
Por otro lado, existen diversos tipos de tablas que se amoldan a los intereses de los surfistas. Podemos destacar dos:
Tablas cortas: Tienden a medir menos de dos metros y suelen ser ligeras, lo que permite una gran movilidad para el practicante. Son también una de las más populares entre quienes ya tienen cierta experiencia o nivel.
Tablas largas o longboards: Son propicias para un estilo muchísimo más calmado. Se usan para surfear las olas con algo más de serenidad y mantenerse estables durante la mayor cantidad de tiempo posible. Como ya mencionamos antes, todo depende de los intereses y gustos.
La vestimenta
Sí, este también es un elemento bastante particular que todos conocemos. Y es que es difícil concebir a un surfista serio que no utilice un traje de neopreno que le permita protegerse del frío. Precisamente, allí está la cuestión: muchas de las playas donde se surfea suelen ser bastante frías, lo que en ocasiones llega incluso a amenazar la salud de los practicantes, debido a que pasan una cantidad de tiempo considerable dentro del agua o fuera de ella pero mojados.
Es por eso que existen esos trajes especiales de neopreno que recubren todo el cuerpo y que varían según el grosor. El objetivo es proteger de las bajas temperaturas a los surfistas ante la amenaza de hipotermia o cualquier otro mal relacionado al frío extremo.
Los expertos recomiendan su utilización incluso en algunas playas cálidas, sin importar cuál sea el nivel del surfista.